El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump logró un triunfo sin precedentes en los caucus de Iowa, mientras sus rivales languidecían a mucha distancia. La victoria reafirmó su control sobre la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre del año en curso. El caucus es el sistema de elegir delegados en varios Estados de EEUU; se trata de la etapa preliminar en la que cada partido decide quién será su postulante a la presidencia.
Tras los primeros resultados, Trump estaba encaminado a pulverizar el récord para un caucus republicano en Iowa, con un margen de victoria que supera holgadamente los casi 13 puntos porcentuales logrados por Bob Dole en 1988. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, terminó en un distante segundo puesto por delante de la ex embajadora ante Organización de las Naciones Unidas Nikki Haley.
De los delegados en juego, Trump se quedó con 20; Ron DeSantis, con ocho, y Haley, con siete.
El mapa estatal se pintó de MAGA (siglas del lema de Trump, “Make America Great Again”, que en Castellano significa “Hagamos grande a América nuevamente”). La única jurisdicción de Iowa en la que no ganó Trump fue el condado de Johnson. Allí, Haley se impuso por apenas un voto: 1.271 a 1.270.
En lo que se esperaba que fuese una votación con baja participación, los votantes hicieron frente a un frío histórico y a peligrosas condiciones en las carreteras para acudir a los cientos de asambleas celebradas en escuelas, iglesias y centros comunitarios de todo el estado.
Y en su primer examen en las urnas desde su caótica salida de la Casa Blanca en 2021, el veredicto es claro: sigue siendo el “dueño” del partido Republicano.
Poco más de la mitad de los asistentes al caucus votaron por Trump, de 77 años, y ganó práctimanete en todos los ámbitos, incluso entre la derecha religiosa.
Los conservadores cristianos inicialmente se mostraron escépticos respecto de Trump, quien está plagado de acusaciones de agresión sexual y de una cita con una estrella porno. Pero se sintieron complacidos con el magnate ya que tres de sus elegidos para la Corte Suprema encabezaron las medidas antiaborto del tribunal.
Aproximadamente cuatro de cada 10 asistentes al caucus dijeron que la inmigración era su tema principal, en comparación con uno de cada tres que eligió la economía, según VoteCast. Otras prioridades como la política exterior, la energía y el aborto ocuparon un lugar aún más bajo.
De hecho, alrededor de dos tercios de los asistentes al caucus dijeron que sentían que sus finanzas se mantenían estables o mejoraban. Pero los votantes todavía quieren cambios importantes: tres de cada 10 quieren una alteración total de la forma en que funciona el Gobierno federal, mientras que otros seis de cada 10 quieren cambios sustanciales. Y seis de cada 10 asistentes al caucus no tienen confianza en el sistema legal estadounidense -Trump enfrenta múltiples cargos penales-.
Se suma al retrato de una porción del electorado deseoso de desafiar las instituciones democráticas fundamentales en Estados Unidos.
Este fue el caucus de Iowa con menos suspenso en los últimos tiempos porque Trump esencialmente se ha postulado como si fuese un presidente en ejercicio. Ha convencido a muchos republicanos de que en realidad no perdió las elecciones de 2020 ante Biden, ha hecho afirmaciones falsas en repetidas ocasiones y ha dominado la carrera como lo hace alguien que todavía está en el cargo.
Viajó con moderación al Estado y realizó un número modesto de reuniones. Rechazó los debates entre candidatos. Prefirió comparecer en audiencias judiciales como acusado en sus casos legales en Nueva York y Washington en lugar de hablar con los votantes de Iowa en los últimos días antes de la votación.
Trump claramente quiere pasar a las elecciones generales lo más rápido posible. En su discurso de victoria, trató de presentar la carrera como casi terminada, y un candidato conocido por su propensión a la división pidió a su partido y a la nación que se unieran, elogiando a rivales a los que había denigrado durante meses. Pero Iowa aventa el campo más de lo que determina al ganador.
La resonante victoria en Iowa le da impulso a Trump. Pero los caucus, con apenas 100.000 votantes, son asuntos dirigidos por partidos que no necesariamente se traducen a nivel nacional. El ex presidente consiguió una ventaja de más de 10 delegados, pero es una porción mínima de los 1.215 que un candidato republicano debe conseguir a nivel nacional para ganar la nominación.